Puede hacerse con respecto al concepto de Dios y de la naturaleza simple de
nuestra alma. La omito sin embargo, en consideración a la brevedad. Así pues, no puedo
siquiera admitir Dios, la libertad y la inmortalidad para el uso práctico necesario de mi
razón, como no cercene al mismo tiempo a la razón especulativa su pretensión de
conocimientos transcendentes. Porque ésta, para llegar a tales conocimientos, tiene que
servirse de principios que no alcanzan en realidad más que a objetos de la experiencia
posible, y por tanto, cuando son aplicados, sin embargo, a lo que no puede ser objeto de
la experiencia, lo transforman realmente siempre en fenómeno y declaran así imposible
toda ampliación práctica de la razón pura. Tuve pues que anular el saber, para reservar
un sitio a la fe; y el dogmatismo de la metafísica, es decir el prejuicio de que puede
avanzarse en metafísica, sin crítica de la razón pura, es la verdadera fuente de todo
descreimiento opuesto a la moralidad, que siempre es muy dogmático. Así pues, no
siendo difícil, con una metafísica sistemática, compuesta según la pauta señalada por la
crítica de la razón pura, dejar un legado a la posteridad, no es éste un presente
poco estimable.
que interesante es tu blog, y como tu dices hay muchos filósofos que hablan de filosofía :)
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